Es un espacio para conversar, en donde nos damos el permiso no solo de «razonar» sobre las emociones, sino de permitir que se asomen para poder comprender mas, eso que nos pasa a cada instante.
Cuando estamos en el trabajo, por años hemos mantenido la ilusión de alejar nuestros sentimientos y emociones de la labor diaria, la invitación que les hacemos es conquistar la ASERTIVIDAD EMOCIONAL , para llegar allí, el primer peldaño que debe cruzar el líder radica en el autoconocimiento.
Por mucho tiempo las emociones han sido ignoradas o ilusoriamente alejadas del contexto laboral, debido a que las organizaciones han sido vistas como lugares: serios, objetivos, pensados y creados para producir bienes y servicios que permitan ganar dinero.
Para alcanzarlo prevalece el uso de la lógica y la razón instrumental, por lo que se requiere de “cabeza fría” en un ambiente de trabajo racional, donde las emociones no tienen cabida. Sin embargo, en los últimos años ha habido avances sustanciales para entender el impacto de las emociones en el ambiente organizacional.
Diversos estudios y algunas investigaciones han demostrado como las emociones pueden explicar fenómenos individuales y organizacionales. Estas juegan un rol fundamental en la satisfacción laboral, funcionamiento grupal, liderazgo, desarrollo, crecimiento personal y colectivo; se manifiestan y aparecen en los procesos de negociación, conflicto y toma de decisiones, en los episodios de violencia y/o acoso, en los desafíos y planteamientos de metas y niveles de competitividad, en el estrés laboral y, más recientemente, en el denominado “trabajo emocional”, como característica intrínseca del puesto de trabajo y su influencia en la organización.
Hoy en día el estado emocional de una compañía que es considerada como un “buen lugar para trabajar”, tiene la influencia suficiente para impactar el valor accionario de la corporación. Tanto así, que hoy el abordaje en las organizaciones apunta a la creación de una cultura organizacional más humana, que legitime la importancia de las emociones y su manejo. En este sentido se puede hablar de aquellas e incluso es necesario crear espacios para poder aprender a emocionarse. Es por esto que en este conversatorio se entregaran pautas y herramientas a los líderes y miembros de los equipos para que cada vez dirijan mas su gestión buscando ser asertivos emocionales y puedan regular sus reacciones siempre validando y legitimando lo que les pasa. El incorporar el dominio emocional dentro de nuestra manera de liderar nos permite:
– Tener la capacidad para generar ambientes de trabajo altamente motivantes están en función entre otros.
– Que el líder pueda generar y gestionar contextos emocionales y motivacionales, reconociendo la naturaleza de las personas de su equipo.
– En este espacio, los líderes comprenden el impacto de las emociones y los estados de ánimo en la productividad y efectividad de las personas, y su rol en la gestión de los mismos. Con el fin de lograr una competencia emocional efectiva es importante que el líder conozca cada una de las emociones y estados anímicos, observe como aparecen en él y adquiera competencias para lograr la asertividad emocional.